La Biblia es fácil
Se dice que la Biblia es el libro por excelencia, “el Libro de los libros”, no solo porque es una colección o una serie de extraordinarios libros, sino también porque sus enseñanzas se elevan sobre todas las demás que se hayan escrito.
Las Sagradas Escrituras son asimismo una probada fuente de inspiración para toda persona y un código universal de justicia y moral.
La Biblia se divide en dos grandes partes: Antiguo y Nuevo Testamento. En el tiempo, el primero abarca desde la fundación del mundo hasta la antesala de la llegada de Jesucristo. El segundo va desde el nacimiento de Jesús hasta los tiempos apostólicos. Y esto se sostiene como suficiente para servir de referencia a todo lo posterior que ha ocurrido en la historia.
La mayoría de las primeras copias del Antiguo Testamento fueron escritas en hebreo, y el Nuevo Testamento en arameo y en griego.
Cada libro de la Biblia se presenta dividido en capítulos, y estos en versículos.
Toda la Biblia contiene 1,189 capítulos, subdivididos en 31,110 versículos.
El Antiguo Testamento consta de 39 libros, escritos por diferentes autores en su mayoría de identidad desconocida. Generalmente estos libros se dividen en históricos, poéticos y proféticos.
El libro más largo es el de Salmos.
El libro más corto es Abdías.
El Salmo más largo es el 119.
El Salmo más corto es el 117.
El capítulo más largo es Números 7.
El capítulo más corto es Ester 10.
El versículo más corto es Éxodo 20.13.
El Nuevo Testamento, por su parte, consta de 27 libros, escritos por ocho autores, a saber: Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pablo, Pedro, Santiago y Judas. Estos libros se dividen en históricos, epístolas y proféticos.
El libro más largo del Nuevo Testamento es el Evangelio según Lucas.
El libro más corto es la segunda carta de Juan.
El capítulo más largo es Lucas 1.
El capítulo más corto es Apocalipsis 15.
El versículo más largo es Apocalipsis 20.4.
El versículo más corto es Juan 11.35.
El texto o versículo central de la Biblia es el que se conoce como “la Biblia en miniatura”, y se encuentra en el Evangelio según Juan, capítulo 3, versículo 16, que reza así:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.”
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