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viernes, 28 de marzo de 2008

Jesús de Nazaret: sus huellas en la historia


CUALQUIER MOMENTO EN TIERRA SANTA DEBE SER APROVECHADO PARA GRABAR ESOS LUGARES ESPECIALES DONDE ESTUVO JESUS DE NAZARETH


Jesús de Nazaret: sus huellas en la historia

Elogios de la crítica y cerca de 50 mil ejemplares vendidos ha cosechado la obra "Jesús, una biografía". Será presentada en Chile por su autor, Armand Puig, el 4 de abril. Lo que dicen las fuentes antiguas y los descubrimientos recientes sobre la infancia de Cristo, su familia, su mundo judío y el contexto romano, su vida pública y privada son temas abordados por Puig en su libro y en esta entrevista.


ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ

"Un texto riguroso, que se sumerge en las fuentes históricas, cristianas o no, y que ha sido escrito con un estilo comprensible y de fácil lectura". Así comentó el conocido diario catalán "La Vanguardia" la obra de Armand Puig, cuando recién se presentaba en Cataluña en el año 2006.

Desde entonces, el libro ha vendido miles de ejemplares y ha sido traducido al español, rumano, portugués e italiano. Actualmente se prepara la edición en lengua inglesa.

Aunque la extensión de la publicación -poco más de 600 páginas- puede asustar a un lector no especializado, se trata de una obra escrita con lenguaje sencillo y fluido, que desde un ángulo preponderantemente histórico, sigue los pormenores de la vida de Jesús y el entorno judío, romano y helenístico en que se mueve.

La obra da cuenta también de la interpretación bíblica contemporánea y cita, con prudencia, una variedad de fuentes, entre ellas textos apócrifos, testimonios de Qumrán y los escritos de Flavio Josefo. Algunas de los documentos han emergido en recientes exploraciones arqueólogicas e históricas.

El resultado es un libro muy completo, rico en información y que incluye algunos capítulos apasionantes. Se centra en el Jesús terreno, pero no esquiva atisbos del Jesús divino.

Sacerdote vinculado a la comunidad de Sant' Egidio, Puig piensa que su libro "interesa a cualquier tipo de público, ya que no prejuzga las convicciones del lector. Como autor, explico que soy un sacerdote católico que escribe como biblista, es decir, como historiador y exégeta del Nuevo Testamento. Por otra parte, en la introducción señalo que, cuando me parezca conveniente, el lector va a encontrarse con retazos de teología. Las opciones se toman en la medida en que se pretende dibujar una figura completa de Jesús, con rigor y honestidad".

Desde Barcelona, Armand Puig (55) responde amable y con prolijidad. Deja traslucir un fino humor. Tiene un currículum respetable: doctor en Ciencias Bíblicas, decano de la Facultad de Teología de Cataluña, y coordinador del equipo de traducción de la Biblia Catalana interconfesional, entre otras responsabilidades.

-Usted ha señalado que "no hay nadie con un mínimo de rigor histórico que se atreva a negar la existencia histórica de Jesús". Es una afirmación drástica para un mundo cada vez más escéptico.

"No, es una afirmación ponderada y basada en los documentos que poseemos, sobre todo las referencias, muy pocas, de los autores helenísticos, como Luciano de Samosata y bar Serapión; también judíos (Flavio Josefo y el Talmud), romanos (Tácito, Suetonio y Plinio) y hasta islámicos (el Corán). Quien quiera afirmar que Jesús no existió debe explicar el porqué de estas fuentes históricas no cristianas, que van desde el siglo I hasta el siglo VII. La historia se elabora sobre fuentes antiguas, no sobre eslogans que sólo sirven para vender libros". Jesús terrenal

-El teólogo protestante Rudolf Bultmann dijo a mediados del siglo XX que lo que sabemos sobre Jesús cabría en una hoja de papel. Su obra tiene 619 páginas. ¿Qué es lo que ha permitido dar este salto?

"¡Evidentemente, no se han multiplicado por 619 los documentos históricos sobre Jesús en los últimos setenta años! El problema consiste en el uso de las fuentes que están a nuestro alcance y en los criterios con que se estudian y se analizan".

"Para Bultmann era inútil preguntarse por el Jesús histórico porque, decía, no sabemos nada de él. Su hipercriticismo era tan riguroso como estéril. Bultmann pensaba que la fe no debía sustentarse sobre la historia, porque, de ser así, ya no hubiera sido fe. Con otros muchos autores, pienso que la fe en Jesús incluye no sólo a Cristo resucitado, sino también al Jesús terrenal. Éste es también el planteamiento que la Iglesia hace de su fe en el resucitado".

-De los descubrimientos en torno a la época de Jesús, como los rollos del Mar Muerto en Qumrán o la biblioteca gnóstica de Nag Hammadi, ¿cuál considera el de más trascendencia para los conocimientos sobre Jesús?

"Qumrán, sin lugar a dudas. Los manuscritos del Mar Muerto reflejan un judaísmo sectario, pero de gran fuerza espiritual, cuyas intuiciones teológicas emergen también en ciertos textos paulinos y juánicos. Su concepto de mesianismo vinculado al anuncio de la buena nueva a los pobres y a los enfermos se encuentra igualmente en Jesús (Mateo 11). Sin embargo, yo no creo que Jesús fuera un esenio, ni Juan Bautista. Hay diferencias".

-Los esenios motivan varias páginas del libro...

"Los manuscritos esenios son importantes, sobre todo, para conocer a los esenios. Los cristianos de Jerusalén podrían haber tenido contactos con los esenios de Qumrán a través de miembros que vivían en el barrio de la Ciudad Alta. Sin embargo, el Bautista y Jesús predican unos mensajes que no dan ninguna importancia a las abluciones rituales, que eran fundamentales para los monjes de Qumrán. Por otra parte, éstos eran profundamente elitistas, espiritualmente hablando, y no me parece que Juan y Jesús marginen a nadie... Hay demasiadas diferencias".Canónicos y apócrifos



-En su libro, le asigna un alto grado de veracidad histórica a los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Algo que fue muy discutido cuando hace poco apareció el Evangelio de Judas.

"Más del noventa por ciento de lo que la crítica moderna puede inferir de Jesús se encuentra en los llamados evangelios canónicos. La razón es muy simple: son textos que se escriben entre los años 60 y 100 del siglo primero. Son, en consecuencia, los evangelios más primitivos, que han servido de modelo para todos los que han venido después, los llamados 'apócrifos', entre los cuales está el de Judas, que se escribió hacia el año 150. La Iglesia primitiva demostró tener mucho tino cuando 'canonizó' a los cuatro evangelios más primitivos, es decir, más próximos a Jesús y más ricos en informaciones sobre él. Lea seguidos los evangelios de Marcos y Judas, y verá cuál de los dos es más fiable".

-También utiliza como fuente algunos de los evangelios apócrifos. ¿Qué valor les asigna?

"Los apócrifos aportan una parte muy pequeña de lo que sabemos sobre Jesús. Por lo que respecta a la biblioteca de Nag Hammadi, los únicos textos nuevos que entran en consideración son 7 u 8 breves sentencias del Evangelio según Tomás, que parecen ser atribuibles al Jesús de la historia. El resto son materiales ya conocidos o bien declaradamente gnósticos y sin ninguna relación con el Jesús histórico".

"Me merecen mucho respeto algunas de las tradiciones contenidas en el Protoevangelio de Santiago o en el Evangelio de Pedro. Las Actas de Pilato (primera parte del Evangelio de Nicodemo) también contienen informaciones interesantes, pero de dimensiones reducidas.

El mundo judío

Armand Puig se incluye en la corriente que se conoce como la "tercera investigación" (Meier, Sanders, Theissen) sobre el Jesús histórico, que utiliza una variedad de fuentes y profundiza en el carácter judío de Jesús. "Me muevo en la llamada 'tercera búsqueda'. En esta corriente el carácter judío de Jesús es un tema de primera magnitud. Ningún personaje histórico se puede comprender sin conocer el contexto en que vivió. Jesús no es una excepción".

"El criterio central de mi estudio es el de plausibilidad. Implica que la figura de Jesús se analiza sobre dos horizontes: el judaísmo como contexto en el que nació, vivió y murió y la comunidad cristiana primitiva como ámbito del impacto que ejercieron sus hechos y palabras".

-¿Jesús fue considerado un rabino en su tiempo?

"Jesús fue considerado un rabino, porque hasta Judas en el Huerto de los Olivos se le dirige con este título (Mateo 26) y también lo hacen los dirigentes judíos, María Magdalena y la gente del pueblo. Pero sabemos también que la gente lo consideraba un rabino distinto, porque actuó y enseñó 'con autoridad', es decir, sin citar a otros rabinos más antiguos y venerables que él. Habla por sí mismo, sin recurrir a las opiniones de otros".Belleza antigua y nueva

-La resurrección de Jesús ocupa párrafos poderosos del libro. Señala que 'es el inicio de una nueva creación traspasada por la belleza'. ¿Cómo se acerca a esas palabras un no creyente?

"La figura de Jesús no deja indiferente a nadie, ni siquiera a los no creyentes. Los creyentes son invitados a vivir día tras día la fuerza de un amor que rompe muchas cadenas. Pienso que un no creyente puede encontrarse con la belleza transfigurada, con la amistad hecha carne, con la ternura de quien se siente llamado por el nombre. Expresiones diversas para expresar el encuentro con Jesús, tal como es narrado en Juan. Ahí aparece María Magdalena como una mujer no creyente, una mujer que piensa que el cuerpo de Jesús no está en el sepulcro porque alguien lo ha robado. Hasta que Jesús la llama por el nombre, y ella lo reconoce. Y cree. Reconoce a Jesús, que es el mismo y que es distinto, que es antiguo y que es nuevo, que tiene un cuerpo con las marcas del dolor y que a la vez es glorioso. Es la belleza de la Pascua".

-¿Qué relevancia tiene el maestro de una rural Galilea para un mundo como el nuestro?

"Creo que el mensaje del maestro de Nazaret está casi por estrenarse. Tras dos mil años de cristianismo estamos empezando. El Evangelio no es caduco, arqueológico, doctrina de otros tiempos. Un mundo global necesita figuras globales, y la de Jesús lo es. Sus palabras llevan los sabores de la Galilea rural, pero esto las hace más auténticas. No son una sabiduría atemporal, sin raíces. Están encarnadas en un lugar de la historia, y por esta razón cualquier historia humana -personal o colectiva- las puede hacer suyas".

"Jesús, una

biografía"

Armand Puig

Edhasa, 2006

619 páginas

Distribuido en Chile

por editorial Océano

$16.950.

Jesús cotidiano: su familia, su educación, su oficio

Armand Puig ilustra aspectos de la vida cotidiana de Jesús, en base a una variedad de fuentes.

NAZARET: 500 HABITANTES

"Nazaret era un pueblito de 500 habitantes. Lo sabemos porque, gracias a la ubicación de tres molinos de aceite, que los arqueólogos han podido establecer, se puede delimitar el perímetro de población. Las casas se encontraban dispersas, porque la orografía del terreno es accidentada y no permite una construcción continua, como en Cafarnaún. Nazaret no era importante. Lo afirma Bartolomé: '¿De Nazaret, puede salir algo bueno?' (Juan 1,46). La ocupación de sus habitantes eran la agricultura (los olivos) y el pastoreo".

EL PARTO DE MARÍA

"La muchachas judías se casaban jóvenes en esos tiempos. Cuando ya eran núbiles, enseguida los padres les buscaban un marido o un hombre se fijaba en alguna de ellas y la pedía en matrimonio a los padres. Esto sucedía cuando tenían entre los 14 y los 16 años. Por lo tanto, podemos deducir, a partir de lo que era la costumbre mayoritaria, que María dio a luz a su hijo Jesús cuando tenía entre los 16-17 años. Los datos, en este punto, no nos permiten ir más allá".

CARPINTERO Y HERRERO

"José, el padre legal de Jesús y el padre de José (Santiago o Jacobo) eran artesanos -acaso los únicos- en Nazaret. Entiendo por artesano a alguien que asegura todo lo referente a la estructura no directamente constructiva de la casa (puertas, mesas, ventanas, bancas, etc) y todo lo referente a las labores agrícolas (arados, yugos, etc).

Todos estos elementos combinan la madera y el hierro. Justino de Roma y las versiones bíblicas medievales árabes y catalanas dan fe de que Jesús podía haber sido experto en trabajar ambos materiales".

LA EDUCACIÓN DE JESÚS

"En mi libro señalo que Jesús empezó a memorizar los textos de la Ley en casa de sus padres, pero que fue en la sinagoga de Nazaret donde aprendió a leer y a escribir. Las sinagogas ofrecían este servicio pedagógico a los padres que así lo deseaban, y los padres de Jesús eran judíos piadosos. No era una escuela diaria reglada, sino más bien una escuela semanal; además, es difícil concebir un carpintero-herrero que no sepa apuntar las medidas de sus piezas. La prueba concluyente es que Jesús fue considerado un "rabí", es decir, un maestro, por todos sus contemporáneos. Y es evidente que un experto en la Ley debe poder leerla y discutir sobre ella. Si Jesús dialoga en pie de igualdad con los escribas de su época, es porque no era un iletrado".

LOS HERMANOS DE JESÚS

Puig expone la hipótesis de que José era viudo y con seis hijos cuando desposó a María. "La tesis ya era habitual en el siglo II. Tres textos apócrifos (Protoevangelio de Santiago, Evangelio de Pedro, Evangelio de Tomás) lo dan por sentado. El dato provenía de la Tradición y era aceptado sin más. Hacia el año 400, San Jerónimo defendió que los "hermanos" eran parientes próximos, primos hermanos, con buenos argumentos filológicos. Efectivamente, 'hermano', en hebreo, puede significar 'primo hermano'. Hoy, Occidente sigue a San Jerónimo, mientras en Oriente prevalece la primera opinión. No hay pruebas concluyentes, se puede escoger una opción. En cambio, los documentos históricos antiguos repiten una y otra vez, y debemos respetarles, que María tuvo un solo hijo, Jesús, y José no fue su padre biológico".

La fecha exacta de la crucifixión

Según Armand Puig, la crucifixión de Cristo habría sido el 7 de abril del año 30. "Es una fecha sobre la que existe un cierto consenso. Jesús murió en un día que era vigilia de Pascua. Entre los años 26 y 34, las dos únicas posibilidades son el 7 de abril del 30 y el 3 de abril del 33. Ahora bien, siguiendo a Lucas 3,1 (la fecha del inicio de la predicación de Jesús fue el año quince del emperador Tiberio, esto es, el año 28) y las informaciones del Evangelio de Juan (Jesús predicó durante tres años), se concluye que la fecha debe ser, probablemente, el 7 de abril del año 30. Jesús tenía entre 35 y 37 años".

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