El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) afirma que la decisión del Parlamento de reconocer los matrimonios celebrados en iglesias evangélicas, oficiados por pastores, es un importante avance en el sistema democrático y en la igualdad de derecho en la República Dominicana.
«Esto no es una simple aprobación de los derechos religiosos de los evangélicos. Se trata de una aprobación de los derechos fundamentales de todas las religiones, tal como está consagrado en todas las constituciones democráticas del mundo. En todo régimen democrático y de derecho, las libertades de pensamiento, conciencia y religión, siempre son reconocidas como derechos fundamentales del hombre y la mujer», afirma el documento ratificado por los evangélicos.
El Consejo mostró su satisfacción por el cada vez mayor reconocimiento de las leyes del pueblo evangélico, que ha crecido en el país en los últimos años. El derecho «que tienen los pastores evangélicos de oficiar una ceremonia matrimonial válida para el orden civil legalmente reconocido, es afirmar que la Constitución es una norma jurídica que tiene como finalidad regular con equidad el ejercicio del poder y propiciar un clima de derechos y libertades propio de un Estado moderno», concluye.
EL MATRIMONIO, DE IMPORTANCIA CAPITAL
Para los evangélicos, el matrimonio tiene una gran importancia, ya que «en su esencia está más allá de la ceremonia que lo inicia y de los compromisos legales y civiles que derivan del mismo». Se trata de «una realidad social y humana que requiere ser fortalecida con valores y principios, con asistencia espiritual, con oración y con cuidado permanente». El comunicado identifica que este enfoque del matrimonio como centro de la familia y por tanto de la sociedad «forma parte de nuestra teológica y de nuestra práctica».
Es por ello que esta ley, aprobada con el apoyo mayoritario del Parlamento, refleja el beneficio de las prácticas democráticas que «contribuyen a promover el nivel de vida más óptimo y satisfactorio para todos». El Consejo Evangélico considera satisfactorio que «los asambleístas hicieran uso de sus atribuciones y competencias para ir dando legitimidad a un sector fundamental en el desarrollo espiritual de nuestra nación».
Finalmente, los evangélicos afirman que «el derecho que tiene cada dominicano de escoger, conforme a sus creencias religiosas, la iglesia que oficie la ceremonia que consagra su inicio en la fundación de una familia nuclear, es un derecho que ya es reconocido por la constitución de la República y tiene fundamento en la esencia democrática y plural que define toda iniciativa basada en el orden, la justicia y la paz».
El Consejo mostró su satisfacción por el cada vez mayor reconocimiento de las leyes del pueblo evangélico, que ha crecido en el país en los últimos años. El derecho «que tienen los pastores evangélicos de oficiar una ceremonia matrimonial válida para el orden civil legalmente reconocido, es afirmar que la Constitución es una norma jurídica que tiene como finalidad regular con equidad el ejercicio del poder y propiciar un clima de derechos y libertades propio de un Estado moderno», concluye.
EL MATRIMONIO, DE IMPORTANCIA CAPITAL
Para los evangélicos, el matrimonio tiene una gran importancia, ya que «en su esencia está más allá de la ceremonia que lo inicia y de los compromisos legales y civiles que derivan del mismo». Se trata de «una realidad social y humana que requiere ser fortalecida con valores y principios, con asistencia espiritual, con oración y con cuidado permanente». El comunicado identifica que este enfoque del matrimonio como centro de la familia y por tanto de la sociedad «forma parte de nuestra teológica y de nuestra práctica».
Es por ello que esta ley, aprobada con el apoyo mayoritario del Parlamento, refleja el beneficio de las prácticas democráticas que «contribuyen a promover el nivel de vida más óptimo y satisfactorio para todos». El Consejo Evangélico considera satisfactorio que «los asambleístas hicieran uso de sus atribuciones y competencias para ir dando legitimidad a un sector fundamental en el desarrollo espiritual de nuestra nación».
Finalmente, los evangélicos afirman que «el derecho que tiene cada dominicano de escoger, conforme a sus creencias religiosas, la iglesia que oficie la ceremonia que consagra su inicio en la fundación de una familia nuclear, es un derecho que ya es reconocido por la constitución de la República y tiene fundamento en la esencia democrática y plural que define toda iniciativa basada en el orden, la justicia y la paz».